Con el inicio de la nueva década, muchas personas han recordado las particularidades de los llamados “locos años veinte”, que se iniciaron hace exactamente cien años. Todos tenemos en mente las clásicas imágenes de las películas de cine mudo, o el jazz y el charlestón. Pero los años veinte no fueron sólo interesantes desde el punto de vista artístico: tras el fin de la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos vivió su definición como primera potencia mundial y un crecimiento económico sin precedentes. La popularización de productos de consumo como los coches o el teléfono (hasta entonces, privilegio de los más pudientes) y  de los medios de producción y comunicación de masas, hicieron que la economía y la sociedad vivieran un gran salto adelante. Además, este país exportó su modelo cultural al resto del mundo. Por supuesto, no todo fue positivo: en gran parte, este crecimiento estuvo basado en el crédito, el endeudamiento y la especulación, que llevaron a la Gran Depresión sólo una década después.

Por su parte, tras la instauración de la llamada Ley Seca, que prohibía el consumo, la fabricación y la venta de alcohol, se desarrolló un importante mercado clandestino y supuso el auge del crimen organizado. Este movimiento estuvo apoyado por sectores religiosos y conservadores como la llamada “Liga por la Templanza”, que relacionaban el alcohol con el pecado, la violencia  y la ruina de las familias. Su máximo exponente, Carrie Nation, era famosa por entrar en los bares armada con un hacha y una Biblia. En este vídeo podemos escuchar uno de los pocos discursos radiofónicos que se conservan de esta activista.