Si bien forma parte recientemente del Archivo Nacional de Chile -desde inicios del año 2019-, el proyecto Memorias del Siglo XX lleva más de doce años ejecutando un modelo de gestión participativa en diversas localidades a lo largo del país, a través de las Bibliotecas Públicas, Museos y otros espacios patrimoniales, recopilando más de 10.000 documentos digitales y fotografías, junto al registro de más de 250 entrevistas testimoniales que nos cuentan la historia de las comunidades de la voz de sus propios protagonistas. Entrevistamos a Nicolás Holloway G., Coordinador de Capacitaciones, quien nos explica la metodología que los transforma hoy en un referente del trabajo participativo y de la promoción de archivos comunitarios en el marco de los desafíos que supone la construcción de la nueva institucionalidad archivística, cultural y patrimonial.

(Archivoz) ¿Qué es Memorias del Siglo XX y desde dónde surge esta iniciativa? ¿Tomaron como referente alguna iniciativa similar?

(Nicolás Holloway) Memorias del Siglo XX es un proyecto que surgió el año 2007 en la ex Dibam (Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos), actual Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, que a su vez es parte del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Surgió en el contexto del Bicentenario de Chile (1810-2010), ante la pregunta por la memoria y la valoración documental que no hace parte de las instituciones patrimoniales tradicionales como la Biblioteca Nacional, el Archivo Nacional, los museos, etc. Sus dos objetivos principales son promover la participación en procesos sociales o colectivos de memoria y diversificar las colecciones institucionales. En el proceso de creación del proyecto se hizo un levantamiento de experiencias similares a nivel nacional, donde si bien no se encontró nada exactamente igual, desde fines de los noventa se reconocen algunas iniciativas de gestión participativa en bibliotecas públicas y museos del país, y previamente en el ámbito de la educación popular y la memoria local. A su vez, a nivel internacional, hemos revisado y encontrado elementos y experiencias similares en otros países, pero por lo general se centran en la recopilación de fotografías y/o la generación de repositorios virtuales con imágenes, o sea con un foco más documental. No me atrevería a decir que no hay, pero la verdad no conocemos otros programas similares que promuevan espacios sociales de encuentro y diálogo en torno a la memoria y al patrimonio local o comunitario.

(Archivoz) ¿Cuál es la metodología de trabajo de Memorias del Siglo XX?

(NH) La metodología se propone como un círculo en expansión, donde el primer paso es la difusión y convocatoria, en la cual el espacio que está convocando difunde e invita a los vecinos a que asistan y participen de este proyecto. Esta difusión puede ser puerta a puerta, volantes, afiches, redes sociales, radios locales, etc. y se realiza de la mano de la o el jefe de biblioteca, quien conoce mejor a sus vecinos y los convoca a la primera instancia que es un encuentro comunitario de memoria. En este encuentro se reúne un grupo de vecinos, en promedio 15 ó 20 personas, dependiendo de las condiciones climáticas, la cercanía, la estrategia de convocatoria, etc. En el encuentro se plantea la pregunta orientadora ¿Qué recordamos del siglo XX y del pasado reciente?, se hacen trabajos en grupo, una plenaria, y a través de una línea de tiempo se identifican ciertos elementos colectivos del recuerdo. Casi siempre aparecen elementos comunes en la primera instancia como por ejemplo: los medios de transporte, el tren, los terremotos, el Golpe de Estado o la Reforma Agraria, y también aparecen otros temas que son particulares de cada identidad local. Esa es una primera cartografía o visualización de las temáticas, desde donde se pueden abrir varias sucesivas y los encuentros se pueden hacer una vez al mes o cada tres semanas, dependiendo del entusiasmo y los tiempos de las encargadas en las bibliotecas. Después de los encuentros, que se pueden hacer permanentes, se abre el proceso de recopilación y documentación, en los cuales se invita al vecino a que lleve sus fotografías y documentos a la biblioteca o la institución anfitriona, para que sea digitalizado y documentado. Se genera entonces una copia digital master, una copia de uso, se describe y se autoriza la publicación en el sitio web, para que sea parte del repositorio y se realice la catalogación en el nivel central, a quienes se les envía la digitalización. Hay un primer levantamiento descriptivo participativo, es decir: tú vienes con tu fotografía y nos cuentas la historia de ella. Creo que junto con los encuentros de memoria, esta es una de las mayores riquezas de nuestro material, porque las fotos fueron valoradas, descritas y testimoniadas por quien las llevó. Finalmente los documentos se devuelven al propietario, y se hace una elaboración y devolución a la comunidad, porque es un principio de la propuesta metodológica que lo compartido por la comunidad, les pertenece, por lo tanto tiene que ser exhibido en su espacio local, ya sea a través de una exposición, cápsulas radiales o entrevistas en formato audiovisual que se difunden en medios locales. Aproximadamente el 80% de los procesos decantan en una exposición o muestra fotográfica, que también resulta ser un estímulo para ampliar el recordar colectivo, ya que la gente se reconoce en las imágenes y se anima a compartir y traer más material documental. En este sentido la devolución no cierra el ciclo de trabajo, más bien lo vuelve a abrir para profundizar o ampliar las temáticas tratadas.

(Archivoz) ¿Siempre se devuelve a las personas los materiales que aportan? ¿No se han creado archivos locales con lo recopilado?

(NH) Los documentos siempre se devuelven al propietario, no hay un afán extractivista o expropiador, es tu foto, tu recuerdo. Sin embargo como ahora somos parte del Archivo Nacional nos estamos cuestionando qué pasará cuando alguien desee transferir o donar documentos, porque en ese caso nos tenemos que hacer parte de la política más amplia de archivo en estas materias. A su vez, todo esto está bajo el plan de conformación de los Archivos Regionales, que por ley tendrán que empezar a crearse dos por año, por lo que en caso de donaciones, el material debería quedarse –probablemente- en la capital regional para luego formar parte del patrimonio documental local/regional.

(Archivoz) ¿Cuánto tiempo dura el proceso desde que comienza hasta que concluye?

(NH) Uno podría decir en modo esquemático que el proceso puede llevar unos dos años entre difusión y convocatoria, luego una seguidilla de encuentros, después el proceso de recopilación y descripción participativa, para finalmente generar una elaboración que dé cuenta de las memorias, y devolverla a la comunidad, re-elaboradas en una exposición, cuadernillo o cápsulas radiales. Es importante mencionar que el encargado local no deja todas sus otras funciones para dedicarse a esto, sino que es una tarea extra que asume, por lo general con mucho entusiasmo y compromiso porque les hace sentido el rescate y la promoción de la cultura y memoria local, por eso si bien se podría realizar todo el ciclo intensamente durante un año, en la práctica son aproximadamente dos.
Actualmente hay algunas bibliotecas que están desde el 2009 continuando el proceso, en distinta intensidad. Por ejemplo, en Tongoy han seguido profundizando o ampliando algunos temas y ya es parte de la cultura de la biblioteca local el encuentro comunitario de memoria, que hacen acompañado de mate y churrascas , transformándolo en un encuentro social reconocido. Entonces no hay un egreso definido a priori, sino más bien un espacio constante de construcción de memoria.

(Archivoz) En términos prácticos, ¿qué tipo de material reciben?

(NH) En un 80 o 90% la documentación que nos facilitan las personas que participan del proceso son fotos, porque también es lo más común. El siglo XX supuso la democratización de la fotografía, por lo que es un gran testimonio. Pero también tenemos afiches, panfletos, mapas, etc. En el sitio incluso es posible acceder al material por formato. Sabemos también que no todas las experiencias significativas fueron fotografiadas por diversas razones, por lo cual, los encuentros, la oralidad y las entrevistas testimoniales, también cumplen un rol en la posibilidad de narrar las experiencias colectivas.

(Archivoz) ¿Cuál es el rol de Memorias del Siglo XX para acercar el espacio institucional a la comunidad y desde el otro lado, la historia no contada, no oficial a la historia oficial o formal si se parte siempre desde la institucionalidad?

(NH) Memorias trata de acercar los espacios institucionales al cotidiano de la gente, por eso no se desarrolla en las capitales regionales necesariamente o con el estandarte del ministerio, sino que se desarrolla en el espacio local que es la biblioteca pública, en la cual los vecinos se reúnen, se encuentran y dialogan en torno a sus experiencias, memorias y patrimonio. Sabemos que somos parte de la institucionalidad y la biblioteca también lo es, por lo tanto hay ciertas limitantes, pero también son espacios que posibilitan una cobertura mayor que si fuéramos una agrupación o sociedad particular.
Por otra parte, este proyecto promueve ejercicios sociales de memoria, que es diferente a historia o historiografía porque no hay una pregunta de investigación que subyace, o una hipótesis. Siempre partimos de la pregunta general “¿Qué recordamos del siglo XX y del pasado reciente” y ahí a partir de una lluvia de ideas vamos identificando ciertos hitos que resultan aglutinadores o nudos temáticos de los recuerdos y testimonios. No pretendemos hacer la historia de cada uno de los pueblos en los que estamos, sino más bien promovemos el ejercicio de dinamizar el acto del recuerdo, de la memoria.

(Archivoz) ¿Qué tipo de profesionales son los que trabajan tanto desde el equipo del programa como en la localidad misma?

(NH) El equipo central actualmente está constituido por 7 personas, entre los cuales hay dos sociólogas, una periodista, tres historiadoras/es y un audiovisualista. Además, nos apoyan dos bibliotecarias que nos aportan también con todo lo relacionado a las tecnologías de la información y aquello que en nuestra propia historia interna llamábamos catalogación y hoy sabemos que en nomenclatura archivística es descripción. A nivel regional, los que nos apoyan en las bibliotecas públicas son sus encargadas/os, y también bibliotecarias/os, antropólogas/os, periodistas u otros profesionales del ámbito de las humanidades y las ciencias sociales. Hasta ahora no habíamos trabajado directamente con archiveros, pero dado que nos integramos recientemente al Archivo Nacional, y éste generó un área de trabajo relativa a los archivos comunitarios, contamos con un archivero y una antropóloga trabajando en conjunto con Memorias y que sin duda nos aportarán significativamente en términos técnicos, metodológicos y políticos.

(Archivoz) ¿Cuál es el espacio que ocupa Memoria Siglo XX en la reciente proliferación y construcción de archivos comunitarios en Chile?

(NH) Creo que ocupa un espacio por una parte de experiencia en trabajos participativos que tienden a lo comunitario, porque incluso la noción de comunidad es algo que uno podría problematizar. Pero para nosotros con nuestra premisa, es la comunidad pragmática que se reúne y se encuentra en el anhelo de compartir un espacio y ejercicio de memoria. Los archivos comunitarios son un ámbito en formación que desde el Archivo Nacional se empezó a trabajar este año, al alero de Memorias del Siglo XX y se han contratado profesionales para que generen propuestas en la idea de continuar este camino, porque tampoco tenemos la receta de qué hacer y cómo hacerlo exactamente. Probablemente sean muy distinto el archivo feminista, el de los afrodescendientes, o el del espacio de memorias y derechos humanos, porque hay particularidades que no se pueden imponer a priori, entonces lo que Memorias ha venido haciendo es aportar desde su trabajo participativo con comunidades. Hay una propuesta metodológica que ha sido muy flexible, con la que se han hecho trabajos en bibliotecas, museos, recintos penitenciarios, colegios, etc. y desde ahí aporta una manera organizada o secuencial con técnicas y procesos bien descritos. Memorias del Siglo XX no es un archivo comunitario, pero es un espacio en el cual las comunidades ven reflejadas sus memorias. No es propiamente un archivo, pero sí un espacio de reconocimiento y valoración de las experiencias comunes y documentos que tradicionalmente han estado alejadas de la institucionalidad.

*Memorias del Siglo XX cuenta con una plataforma digital (https://www.memoriasdelsigloxx.cl/) donde es posible navegar en su archivo a través de temas, lugares, tiempo y formatos. A su vez, se encuentran disponibles para descargar todas las publicaciones que han realizado, incluyendo las ocho Guías de Capacitación, un manual didáctico con procedimientos e instrumentos de trabajo para llevar a cabo la propuesta metodológica utilizada durante 12 años en el proyecto y que es posible replicar en cualquier otro proyecto similar de construcción memorias y/o de archivo comunitario.

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