Marcelo Soria-Rodríguez, Ingeniero Superior de Telecomunicaciones y M.Sc. Signal Processing, es socio en Tramontana, una firma de diseño de producto digital, estrategia y comunicación. En ella, desarrolla su trabajo en el ámbito de la estrategia digital y el Big Data. Es co-fundador y director de producto en Pirt.co, y co-fundador de Databeers, movimiento divulgativo sobre la cultura de datos en la sociedad que está presente en varios países.
(Archivoz) Hola Marcelo, te agradecemos que nos dediques unos minutos para contestar algunas cuestiones sobre los datos y cómo pueden ser tan importantes para el futuro de instituciones culturales como los archivos. Nos gustaría empezar preguntándote sobre tu desarrollo profesional. ¿Ya desde tu formación como ingeniero imaginabas el poder del Big Data o lo fuiste descubriendo a lo largo de tu carrera?
(Marcelo Soria-Rodríguez) Buenos días, muchas gracias por la invitación. No me imaginaba que se pondría tan de moda como lo ha hecho y que haya llegado al discurso público como lo ha hecho, aunque es cierto que de entre todas las materias que tratábamos en la carrera me atraía especialmente todo lo relacionado con el procesamiento de datos (la asignatura central es “procesado de señal” y es uno de los precursores de gran parte de lo que hoy llamamos “ciencia de datos” y sus derivados). Desde hace mucho tiempo se han venido aplicando técnicas de análisis de datos en múltiples campos, y en realidad no es que el poder de los datos sea algo nuevo. Así que podríamos decir que para quienes se dedican al dato, nada de esto es nuevo salvo la facilidad con la que hoy en día se pueden hacer determinadas cosas.
(Archivoz) ¿Por qué son tan importantes hoy en día los datos para las empresas? ¿Son el oro del siglo XXI?
(MSR) Sin entrar en si son el oro, petróleo o cualquier otro símil con un bien material, es cierto que con una buena pregunta y unos datos adecuados se puede hacer mucho por el bien no ya de las empresas, sino de cualquier institución que tenga esa buena pregunta. Y pueden hacer mucho por esas instituciones porque sencillamente ayudan a entender un poco mejor qué está pasando, lo que permite tomar mejores decisiones. Es el uso clásico de los datos, y no es en absoluto nuevo. Florence Nightingale revolucionó la sanidad pública a finales del siglo XIX y principios del XX aplicando estadística a su campo de actividad. Eso sí, la facilidad que tenemos hoy en día para almacenar y procesar datos en formato digital pone al alcance de muchos más las posibilidades que éstos brindan. Y con este nuevo acceso, con esta caída de barreras surgen también nuevos usos creativos, nuevas aplicaciones que están posibilitadas por esas capacidades de datos que antes no era posible alcanzar. Las recomendaciones musicales, por ejemplo, te las podía hacer antes un amigo, que es quien te conocía, o un empleado de una tienda de discos que hiciera las preguntas adecuadas. Ahora existe la capacidad de conocer los gustos de millones de personas a la vez, y de hacer recomendaciones que ayuden a descubrir algo nuevo. Y estas nuevas capacidades se abren en todos los campos: medicina, logística, derecho, comercio, seguros, banca, deportes… ¡y cultura!
(Archivoz) Se empieza a vislumbrar una fractura entre aquellas empresas o instituciones que se están adaptando a esta nueva realidad explotando datos en su desarrollo de negocio y aquellas otras que continúan operando al margen del entorno digital. ¿Es tan necesario el Big Data en el desarrollo empresarial hoy en día? ¿Será el Big Data clave en la supervivencia de las empresas?
(MSR) El uso inteligente de la información es una pieza clave, pero no la única, en el éxito de un negocio. No por tener los mejores datos o el mejor sistema de análisis una empresa va a tomar necesariamente buenas decisiones. Y tendrá que tener un buen producto o servicio, una buena experiencia de cliente (¡tan veces olvidada, por mucho que esté también en boca de todos!). Lo que será diferencial, a medida que todas las empresas pasen a integrar mejor el uso de datos en su toma de decisiones, es lograr una buena mezcla de todos los factores que influyen en el éxito. Si haces un producto, las personas que diseñan el producto tienen que saber qué se puede hacer con los datos, y quienes hacen el análisis de datos tienen que saber qué es importante para el producto. Quienes lo venden, quienes lo fabrican, quienes lo comunican… todos tienen que estar bien integrados, tienen que actuar como un equipo, y tienen que tener información disponible sobre el proceso entero para poder operar a la agilidad que el mercado y los clientes hoy en día requieren. En este sentido, veo más importante lograr la mentalidad y cultura adecuados que ser muy bueno en un único apartado.
(Archivoz) En una de tus ponencias a la que asistimos recientemente hablabas sobre la importancia de la interconexión de los datos y del valor de la cooperación para lograr una ventaja competitiva. Teniendo en cuenta que, tradicionalmente, los profesionales de los archivos han tenido una visión patrimonialista o proteccionista con respecto a los datos de sus instituciones, ¿cómo se les puede convencer para que se cambien esa visión acerca de sus instituciones? ¿Por qué crees que sigue habiendo reticencias por parte de algunas instituciones para facilitar esos datos con los que crear nuevas oportunidades de negocio o de generar valor?
(MSR) Es normal que exista esa visión, puesto que es lo que se les ha pedido prácticamente desde el inicio de su actividad. Es relativamente nuevo el paradigma de la colaboración y la apertura. Y hay que entender que hasta que no ha estado extendido el acceso digital, la función de conservación entraba en conflicto con la de difusión. Pero los datos en formato digital no tienen las limitaciones de lo físico (aunque tienen su contraparte en infraestructura necesaria para gestionarlos, y a menudo lo damos por descontado pero es un asunto complejo en sí mismo). Y en digital se puede abrir el acceso al contenido de los archivos sin poner en riesgo la protección y conservación de los mismos. ¿Qué problema hay en que más gente tenga acceso a esos contenidos? Máxime cuando son públicos. Hay cierto elitismo derivado de esa situación en la que, por motivos de conservación, no se podría otorgar acceso libre, y se acaba priorizando la de estudiosos y otros perfiles que tienen un mayor conocimiento sobre los contenidos. Pero hoy ya no es necesario, y se puede ir adoptando una visión más abierta sobre el impacto positivo que estos archivos pueden tener sobre la sociedad en general, y sobre determinados agentes que puedan generar algún beneficio de algún tipo al operar sobre los archivos, reutilizar su contenido, etc.
(Archivoz) Los archivos han tenido que transformarse y adaptarse a los largo de su historia para seguir prestando servicios de calidad y mejorar en su organización y accesibilidad por medio de la normalización, la automatización o la digitalización. ¿La explotación de sus datos será el próximo paso?
(MSR) La explotación de los datos es realmente una consecuencia natural de que la tecnología que lo posibilita esté al alcance, cada vez más, de las instituciones y sus presupuestos. La función de conservación tiene sentido cuando posibilita que se acceda a los contenidos, y acceder a los contenidos no es más que una forma de explotar la información que allí se aloja. Permitir el acceso mediante mecanismos que descomponen, por así decirlo, los contenidos en datos discretos, en sus partes, en su contexto, y hacer que terceros puedan explotar eso de manera libre, o sujeta a unas determinadas reglas pero que posibilite nuevos usos, es sencillamente lo que toca.
(Archivoz) Existen diversas voces críticas acerca de cómo se está desarrollando la innovación con el Big Data que señalan el peligro que pueden suponer para la libertad individual diversos desarrollos como el análisis predictivo. ¿Son simples “conspiranoicos” o existe algo de verdad en todo ello?
(MSR) Todo superpoder implica una responsabilidad. Cualquier tecnología se puede emplear con fines cuando menos discutibles. Los datos y lo que se puede hacer con ellos no son responsables en sí mismos, son las personas y su ética quienes deciden los caminos que se pueden seguir. Es por ello que es muy importante desarrollar una cultura en torno a las posibilidades que ofrece el tratamiento de datos. Tanto para alejar mitos urbanos como para que todos sean más responsables en su relación con los datos y lo digital. Desde quienes utilizan servicios digitales, que deberían conocer mejor las implicaciones de lo que hacen, hasta quienes elaboran los marcos normativos y legislación aplicable, hasta los grupos de generación de opinión, prensa, etc. Hoy en día, por suerte, veo más esfuerzos en abordar este asunto desde ópticas más completas, y no sólo desde el sensacionalismo que en ocasiones asomaba en publicaciones de carácter generalista. El mismo tipo de algoritmos predictivos se puede emplear para curar enfermedades o ayudar en la lucha contra ellas (como, por ejemplo, se ha hecho creando modelos que informan sobre los movimientos de poblaciones afectadas por malaria, y cómo esto permite aplicar determinadas políticas de salud pública que han ayudado a contener el parásito), o para tratar de controlar a determinados grupos sociales, por ejemplo. Y está claro que, además de lograr una cultura suficiente en torno a este tema, es necesario que exista un debate que actúe como una especie de vigilancia, que reflexione, que guíe y que informe. Pero esto no es exclusivo de los datos, y me atrevería a decir que aplica a cualquier avance técnico o científico significativo. Y aún diría más: es muy probable que sea imparable, por lo que lo mejor es entender de qué manera nos tenemos que relacionar con ello, qué forma le damos entre todos. Tratar de frenarlo es un esfuerzo que dará pocos frutos.
(Archivoz) Otras voces alertan de la llegada de la IA y el impacto que tendrá en el empleo y, por ende, en la sociedad ¿Qué opinas sobre ello?
(MSR) Creo que tenemos que ser creativos como especie y entender que hay cosas que probablemente sea mejor que no hagamos nosotros. Ya hay muchas cosas que no hacemos los humanos, y no tienen por qué haber supuesto pérdida de empleo; más bien al contrario, determinados avances en automatización en el pasado han llevado a aumentos de empleo en global. Claro que habrá sectores donde la tecnología suponga una transformación de los puestos de empleo existentes (y la desaparición de algunos), pero podemos ser directores de esa transformación y no meros espectadores. ¿Cómo queremos que sean nuestras sociedades? ¿Cómo queremos aplicar las posibilidades de la inteligencia artificial? Más allá de las modas, lo cierto es que tiene, como comentamos en la pregunta anterior, la capacidad de ayudarnos en muchas cosas y también de complicarnos otras. Tenemos que ser capaces de dirigir su aplicación hacia una mayor prosperidad para todos. En este punto, lo que comentaba antes sobre lograr una cultura adecuada en torno a este asunto es muy importante. O entendemos bien lo que significa, y cómo podemos y debemos aplicarlo, o nos encontraremos con situaciones de tensión que restarán a la sociedad en su conjunto. Igualmente importante es que existan grupos de pensamiento que ayuden a instituciones, gobiernos y empresas a aplicar adecuadamente estos esfuerzos, y entender bien los riesgos asociados.